Productos agroalimentarios de Gran Canaria

Las contribuciones de la diversidad biológica al bienestar de la población humana son múltiples y esenciales para su supervivencia. Junto a la provisión de alimentos, medicinas, fuentes de energía (madera, biomasa) y otras materias primas esenciales, ha sido identificada como contribuyente principal a los servicios ambientales de los ecosistemas: regulación del ciclo de nutrientes, fertilidad del suelo, ciclo del agua,… De ahí su importancia para afrontar los retos de la agricultura del siglo XXI: la seguridad alimentaria, la garantía de procesos ecológicos esenciales y la resiliencia contra el cambio climático, y la promoción de las economías locales.

Es en este marco que los sistemas agrarios se revelan como modeladores del paisaje y potenciadores de los valores ambientales del territorio, conjugando conservación y explotación racional de los recursos. Estos sistemas ponen de manifiesto la necesidad e importancia de conservación de las variedades de cultivo tradicionales, ya que la conservación de este patrimonio genético local y las prácticas asociadas al mismo hacen una importante contribución a esta función ambiental de las producciones agrarias, basada en:

La apuesta por la Soberanía Alimentaria de un territorio es igualmente un compromiso en relación a su modelo alimentario. Implica apostar por la producción locacomo base principal de la alimentación de su ciudadanía, favorece sistemas de comercialización que acercan a quienes producen con quienes consumen (los llamados ciclos cortos de comercialización), y promueve sistemas de producción menos dependientes en el uso de insumos y más respetuosos con el medio ambiente,…

El fortalecimiento de los canales de ciclo corto, en los que el sector agrario vende directamente a la población local pueden reducir la dependencia e incrementar el abanico de posibilidades al comprar, además de contribuir a valorizar el papel del sector primario de Gran Canaria.

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