Día Internacional de las Mujeres Rurales.
La conmemoración de este día, nos permite hablar de las mujeres, del medio rural y de la situación de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural, contribuyendo así, a empujar el avance hacia un desarrollo rural igualitario, donde la visibilización, y el reconocimiento de las aportaciones sociales, económicas, políticas e incluso emocionales de las mujeres se convierten en ejes de vital importancia en la conmemoración de este día.
La trashumancia de las mujeres rurales, acto que se desarrollará el sábado 12 de octubre, contribuirá también a la reivindicación de su espacio como mujeres en el mundo ganadero.
Para romper:
– La invisibilidad de las pastoras.
– La compleja burocracia que las persigue.
– La dificultad de mantener la titularidad de las explotaciones.
– La falta de autoestima y el sentimiento de inferioridad.
– El complejo de culpabilidad por soñar unas horas sin cargas.
– Su frecuente ausencia en los espacios donde se decide su futuro.
Hay que visibilizar y reconocer:
– El reconocimiento de una fortaleza admirable.
– La enorme capacidad de trabajo y esfuerzo.
– Su posición y su labor dentro del mantenimiento de los bienes comunes, trabajando en el (re)conocimiento de sus aportaciones
– Reivindicar sus saberes como transmisoras y sustentadoras del patrimonio cultural rural.
Con este acto se persigue:
– Que pasen del papel secundario a ser las auténticas protagonistas.
– Pasar de la permanente invisibilidad a la primera fila.
– Reivindicar tener voz allí dónde se deciden las cosas importantes.
– Romper con la imagen absolutamente masculinizada de la ganadería extensiva y el pastoreo.
– Que se las respete como mujeres ganaderas.
– Superar la discriminación familiar, social, administrativa y profesional que sufren.
– Avanzar en la corresponsabilidad con los hombres de las tareas de casa y superar ese pluriempleo obligado que, como mujeres, todas padecemos.
– Subir la autoestima, y ganar confianza
